Podemos comprar fans, regalar iPhones o pedirle a todo el mundo nos siga, pero solo conseguiremos aumentar el número de seguidores para sacar pecho delante de la competencia.
Tener muchos seguidores que no nos compran no sirve de nada.
Para construir comunidad hace falta otra cosa. Lo primero que necesitamos es definir el tipo de persona que queremos atraer a nuestro canal, una vez tengamos eso claro, debemos conocer que le interesa, sus dudas, resolverlas y aportar valor. Convertirnos en la referencia, en el lugar de reunión de un público con las mismas inquietudes.
Eso implica que vender no es la prioridad, vender es la consecuencia de una confianza generada con el trabajo del día a día y no a base de sorteos. Las marcas han perdido la confianza de los clientes, la audiencia cree que las marcas son simpáticas para vender.
Cambiar esa percepción lleva tiempo y no se consigue de la noche a la mañana.
Es un problema de mensaje, de no ofrecer lo que los usuarios buscan, cubrir sus necesidades, ni responder sus preguntas.
Lo importante es el mensaje y no el canal.
Hasta luego.
Borja.