Marcas durante la pandemia.

Cuando todo esto nos estalló en la cara, todas las marcas se preguntaron lo mismo. ¿Y ahora qué?

A no ser que tu empresa sea de primera necesidad, el estado de alarma la obliga a cerrar. Eso nos plantea un debate sobre lo que debemos hacer con la publicidad que la organización tenía planeada para esta época del año. Nos planteamos tres escenarios diferentes: Mantener la planificación, entrar en pánico y anular todo lo planificado o diseñar una nueva estrategia alternativa.

Las grandes marcas han optado por rediseñar su estrategia, pero las pequeñas han optado por anular todo su calendario publicitario hasta nuevo aviso. ¿La dirección que han tomado las pymes es la correcta? En mi opinión no.

No hay mejor momento que este para llegar a la audiencia, el consumo de medios online y televisión ha aumentado un 40%, las aplicaciones de comida a domicilio han multiplicado por tres sus descargas y un 23% de los consumidores compran totalmente en e-commerce.

Estos datos, que revelan los nuevos hábitos de compra de los clientes, son una importantísima fuente de información para los anunciantes y orientar su inversión de marketing hacía el entorno digital.

Este cambio publicitario debe hacerse pensando en el largo plazo, la migración al entorno digital y la aplicación de tecnología para adaptar los productos y servicios al mundo online ha de ir más allá de la situación actual. Una vez superada esta crisis, los consumidores se mostraran más abiertos a acceder a los productos de formas hasta ahora inimaginables como, por ejemplo, acudir a eventos en streaming o realizar la compra online.

No debemos olvidarnos del momento tan delicado por el que estamos pasando, las marcas deben mantenerse relevantes sin aprovecharse de la situación. Eso crearía una relación artificial con el consumidor que, a medio plazo, acabará rompiéndose.

Es hora de ofrecer soluciones, no de vender. El 89% de los consumidores creen que las marcas deberían ayudar durante la crisis creando líneas de producto ajustadas al momento. Los clientes esperan que las empresas cubran aquellas necesidades que las autoridades no son capaces de cubrir. Creen que su país no será capaz de sobrevivir a la debacle si las empresas no colaboran. Ahora, solo queda pensar que puede hacer cada empresa para ayudar en esta situación.

La pandemia del coronavirus será una prueba de fuego para la confianza que generan las marcas.

Hasta luego.

Borja.